El sistema turístico y sus elementos

Posiblemente veamos al turismo, como esa simple actividad en la que nos dedicamos a viajar de un lugar a otro por al menos 24 horas y con un máximo 365 días. Pero va más allá, este renglón de turismo se trata de un sistema que pertenece al sector terciario de la economía, también conocido como de servicios, en donde se interrelacionan diversos elementos, siendo la razón por la que debe verse al turismo desde una visión general, como un sistema donde se pueden definir sus partes y especificar vínculos existentes entre ellas. 

Atractivos turísticos: involucra a los lugares que despiertan un gran interés del turista para visitar debido a sus características tangibles y/o intangibles que se destacan. Para ser considerado un destino como atractivo debe ser competitivo y la manera de lograrlo, es satisfaciendo  las motivaciones que impulsan a los visitantes a viajar hacia él.

Superestructura: se trata de organizaciones del orden público y privado que representan a prestadores de servicios de los sectores que tienen relación con el turismo, estos establecen políticas, velan por los intereses que son propios de sus agremiados, desarrollan proyectos y fomentan la inversión.

Infraestructura: se encuentra definida en el diccionario de la Real Academia Española como ese conjunto de elementos, dotaciones o servicios necesarios para el buen funcionamiento de un país, de una ciudad o de una organización cualquiera.

Cuando se trata del sector turismo, estas suelen ser las vías de comunicación indispensables a fin de que el viajero logre trasladarse dentro y fuera de su destino turístico. Para ello, existen tres tipos de infraestructura: marítima, terrestre y aérea.

Servicios: dentro del sistema turístico se pueden encontrar dos tipos de servicios, el primero de ellos hace referencia a los básicos como hoteles, agencias de viajes y restaurantes. Es decir, los inmuebles que requiere un turista de manera fundamental al momento de viajar; y luego encontramos a los servicios complementarios, que son los que  no intervienen de forma directa con el turista pero son necesarios, un ejemplo de ellos son los bancos, las casas de cambio o las gasolineras. 

La demanda turística: en este punto, debemos saber que ninguno de los elementos anteriores podrían subsistir sin la existencia de los turistas, ya que ellos constituyen la contraparte de la ley de oferta y demanda. En otras palabras, son quienes consumen, utilizan y/o se ven beneficiados de lo que el destino tiene para ofrecer. Así mismo, es a partir de su experiencia, de lo que viven dentro del destino que se pueden establecer las estrategias idóneas para satisfacer sus necesidades de una mejor manera, alentando así el desarrollo de la comunidad receptora.  

Comunidad receptora: Hace referencia a los residentes locales que de forma directa (prestadores de servicios turísticos) o indirecta (población en general o recurso humano de diversas empresas) que mantienen contacto con la comunidad turística. En tal sentido, se trata de una simbiosis entre el destino, la infraestructura, el turista que se sincronizan para darle vida a lo que conocemos como turismo.

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